miércoles, 23 de noviembre de 2016

EMBARAZO

Desde el momento que decides que ha llegado el momento de quedarte embarazada y, así, ver cumplido uno de tus sueños, se inicia una carrera en busca de eso, un sueño.
Lo más importante, y lo que más cuesta, es no convertir ese sueño en una pesadilla, no intentar matar a todo aquél que, con la mejor de las intenciones sin duda!, te diga que no tengas prisa y te lo tomes con calma, que llega cuando menos te lo esperas; si claro! qué fácil... es lo que piensas, sobretodo cuando van pasando los meses y no llega el momento de que el palito diga si.
Si no hay ningún problema, antes o después, llega el fantástico momento de hacer en un palito. Si eres paciente, que yo no lo fuí, esperarás a primera hora de la mañana; yo bastante tuve con aguantar hasta terminar la clase de kizomba y llegar a casa, los futuros papás nos pusimos un tanto impacientes una vez salimos de la farmacia.
Llegó el momento de la revelación, será que si? será que no? aish... qué minutillos más largos! Lo peor no es la espera, lo peor es no saber si la intensidad con la que aparece la rayita es la adecuada o es un error... pero que momento más emocionante, qué subidón, qué de todo, recuerdo ese 19 de abril con mucho cariño y como un momento inmensamente feliz, compartido con la persona elegida y que me ha elegido para emprender esta aventura, para formar una familia, nuestra familia, que se dice pronto pero es el mayor compromiso al que me he enfrentado en toda mi vida, ni bodas ni hipotecas ni ostias! Este si que es un compromiso de por vida, sin posibilidad de recular.
A partir de ahí empiezan las visitas médicas, controles prenatales les llaman, y sigues tomando ácido fólico, y complejos vitamínicos y te autoprometes comer bien durante el embarazo, y cuidarte y todos esos buenos propósitos que se suelen tener en año nuevo, porque es casi lo mismo, es un nuevo comienzo.
Empiezas a soñar con las diferentes fases, cómo será tu barriguita, cómo cambiará tu cuerpo con el paso de las semanas, empiezas a leer libros sobre el tema, buscas aplicaciones para el movil para hacer seguimiento diario de lo que vas viviendo, y empiezas a compartir con tu entorno el feliz acontecimiento. Y todo son risas y abrazos, y besos y lágrimas de alegría.
Y así empieza todo, y te imaginas un embarazo de color de rosa, y no siempre es así, aunque en ese momento no lo pienses, hay muchos tipos de embarazo, unos más fáciles y otros más complicados, unos con final feliz y otros con un lamentable final, lo importante es que todo salga bien.
Mi embarazo no ha sido fácil, ni ha sido todo lo estupendo que me hubiera gustado, pero ha sido muy feliz, a pesar de los momentos amargos, ha sido la mejor época de mi vida, hasta el momento.
Las cosas empezaron a medio torcerse en la semana 12-13, con los resultados de la analítica de primer trismestre, salió alto riesto de Síndrome de Down, a pesar de que las mediciones de la ecografía eran normales, según la estadística en la que se basa la analítica nos ponía un "pero". En ese momento mi embarazo lo estaba llevando tanto por la Seguridad Social cómo por la mútua, fué la SS quién se dió cuenta de este riesgo, pero la solución era esperar a la semana 20 y hacer amniocentesis. Con este resultado, apreté en el centro médico de la mutua para que me adelantaran la visita y me reconfirmaran el riesgo y me dieran alguna otra alternativa, y si, me la dieron, realizar una Biopsia Corial, prueba que me podían hacer en la clínica Quirón, 4 días después del disgnóstico, un poco in extremis, ya que se ha de hacer antes de la semana 14 y yo estaba ya en la 13 en el momento de realizarla.
Después de unos días horribles, de un momento espantoso, el de la punción, y 48 horas larguísimas, el resultado fué negativo, y el sexo del bebe, niña! 
Una vez superado este momento crítico, ya pensamos que estaba todo superado, y no! Sorpresa! Cada visita al médico se convirtió en una aventura, en un "a ver con qué nos sorprenden hoy".
Desde la semana 20, con la eco morfológica, se dió el pistoletazo de salida a un deambular de un médico a otro, hasta que a la tercera eco morfológica, realizada de nuevo en la Quirón, el ginecólogo soltó lo que luego se convirtió en nuestra pequeña pesadilla: "tienes un hematoma retrocorial, que se ha de controlar, y la niña es más pequeña de lo normal"
A partir de ese comentario, mi hasta entonces doctora (que ya no lo es, y contaré mi experiencia en otro post, que este se está alargando) decidió derivarnos a otra doctora, que tras realizar una nueva eco, convino que lo mejor era derivarme a Vall d'Hebron, al departamento ARO (alto riesgo obstétrico) a cargo de la Dra. Llurba, 
Después del primer susto por ser derivados directamente de la mútua a la SS, y decirnos que necesitabamos un hospital de tercer nivel por si había que correr con la niña, yo estaba en mi semana 24 de gestación, y tu ya no sabes qué pensar, si darle dos ostias a la "doctora" o pergarle fuego al centro médico con ella dentro. 
Se te pasan mil cosas por la cabeza, y ninguna buena, y empiezas a recopilar trazos de información de una y otra visita, y lo que dijo uno y lo que dijo otro, a ver si así te puedes hacer una idea de la situación. Intentas no angustiarte, sin éxito, hasta que llega el día de la primera visita.
Y eso ya os lo cuento en otro post... Por ahora os dejo descansar... 

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